¿Estudio periodismo?

201511474714_1

Quando há uns anos descobri que a Forbes ia ser lançada em Espanha e comprei o primeiro número, percebi que ainda é possível fazer bom jornalismo com um espírito actual, atento e crítico, que não tem de ser sério e aborrecido para ser credível.

O Andrés Rodríguez, editor e director da Forbes espanhola, escreveu o primeiro editorial. Explicava por que aquele mês de Março de 2013 era a altura ideal para lançar o título no mercado espanhol. E por que a Spainmedia (“fundada hace siete años para dar rienda suelta a mis sueños de editor”) era a casa perfeita para receber a Forbes, pela linguagem das revistas que já alojava, em parte.

“Ésta es una revista para todos”, dizia. “Pero especialmente para los curiosos y los aventureros, los soñadores, los que se juegan su futuro a una idea y, aunque tropiecen, se levantan y piensan por qué se cayeron”. A fechar: “Para gente como tú y como yo.”

Hoje dei de caras com outro editorial do Andrés Rodríguez, desta vez na também excelente Esquire espanhola, do mesmo grupo Spainmedia. De tempos a tempos, é preciso ler estas coisas para nos lembrarmos porque escolhemos entregar a alma ao jornalismo, assim como se dá o corpo às balas. E fez-me pegar, mais uma vez (e já são tantas) no Cartas a un jovem periodista do Juan Luis Cebrián.

Fica o texto do Andrés.

¿Estudio periodismo?
ANDRÉS RODRÍGUEZ | 24/11/2015

Me preguntan a menudo sobre mi oficio y yo, con la osadía del muletilla que quiere ser torero, me lanzo al ruedo y les canto mi tarantela. Mira, el periodismo está más vivo que nunca. Jamás un periodista, o alguien que quiera serlo, tuvo luz verde para que cualquiera le leyese sin necesidad de tener los medios para hacerlo. Mi interlocutor se para a pensar y antes de que se trague la croqueta ardiente de Casa Labra regreso al ataque. Lo que está en reconversión es la patronal y el que está pagando el convite es ese sobrino tuyo que quiere ser periodista y que es muy probable que no pueda pagar los pañales de su hijo a no ser que lo contrate una agencia de comunicación.

Nos ocurre lo mismo que les pasó a los astilleros cuando los coreanos hacían los barcos más baratos que nosotros. Cualquier reconversión es dolorosa. A nadie se le escapa que es internet el que le ha dado la vuelta a la tortilla. Los que manejaban los medios, los empresarios (yo ahora lo soy también) han perdido el privilegio de ser los media, de ser los mediadores, de la información. Y lo que es peor: han ganado tanto dinero que, narcotizados por la pasta, ahora no saben qué hacer.

La televisión le está viendo las orejas al lobo con los usos de otras pantallas. ¿No me digas que sigues viendo la tele sin echarle un vistazo al móvil a la vez? La radio se defiende pero le está entregando a Twitter parte de sus contenidos de manera gratuita. Y los compañeros de la prensa escrita proclaman una y otra vez la muerte del papel, cuando no se dan cuenta de que el papel no murió nunca, siempre se recicló. Y lo sé yo que lo vendí al peso algunos años.

Nosotros somos socios de El Español porque creemos en el periodismo como una de las herramientas imprescindibles para evitar que el poder abuse de nosotros y se corrompa. Cómo se haga ese periodismo no me preocupa ni lo más mínimo, porque no pienso dejar que la forma, que el formato, quiebre mis ganas de cultivarme en mi compromiso con el fondo.
Aún así, soy infinitamente feliz al ver que mi hija ha decidido ser periodista, como su madre, como su padre, como tú, o como tú que nos lees.